En tu ombligo, cinco caños,
con sus cinco chorros, dorados,
al unísono, uno tras otro,
de aspecto, un tanto dejados.
*
Antaño, punto de encuentro,
calle arriba, calle abajo,
cualquier excusa era buena
pasear y llenar los cantaros.
*
Ocupas un hermoso rincón,
escaleras a ambos lados,
cuantas pisadas y huellas,
en tus desgastados peldaños.
*
Pasamanos de terciopelo,
sobado y acariciado,
bajando a pie o brincando,
o de apoyo, en cualquier caso.
*
El murete, muga de piedra,
entre el arcén y un trago,
cuantos vecinos y paisanos,
han bebido de tus caños.
*
Grandes piedras de sillería,
cubiertas de parches de musgo,
hermosa mezcla de tiempo,
color pardo y verde oscuro.
*
Sobre el escudo de armas.,
cobijas una hornacina,
una virgen con el niño,
hoy patrimonio de la villa.
*
Cuatro siglos dando vida,
¿qué será de ella ahora?
si de tu agua, solo el ruido,
rompe la paz a cualquier hora.
***