viernes, 23 de agosto de 2019

ERASE UNA VEZ...


Erase un planeta…, cuéntame abuelito,
¿cómo era el mundo que tú has conocido,
como era la vida que te rodeaba?
Quiero escribir un cuento,
que sea mentira aunque parezca verdad.

¿Era cierto que los arboles eran verdes
y que había peces en el mar,
que la tierra daba sus frutos sin dolor
que las personas querían vivir en paz,
los desiertos eran de arena fina,
y el agua clara bajaba limpia por el manantial?

Erase un planeta…, cuéntame abuelito,
dime si era cierto, dime si era verdad,
¿el cielo de noche se cubría de estrellas
y cuando había luna llena, daba gusto pasear?
¿las montañas eran altas y desde sus cimas
se podían ver los valles y el mar?

Oye abuelito, quiero escribir un cuento,
que parezca mentira aunque sea verdad,
dime si las armas eran de juguete
y el prójimo valía lo que una barra de pan,
entre el hombre y la mujer había mucha distancia,
la igualdad era una asignatura pendiente
y muchos negros navegaban por los mares sin saber nadar.

El fuego en lugar de purificar las almas,
quemaba todo lo que salía a su encuentro,
el hambre se extendía por medio mundo,
desde los más mayores hasta los más chiquitos,
sin importarle su edad,
aunque sea verdad, parece un cuento.

Termino abuelito, colorín colorado,
con todo lo que me has contado,
no soy capaz de distinguir lo que es verdad
de aquello que no es cierto.

***

domingo, 18 de agosto de 2019

CRÓNICA DE UNAS FIESTAS DE AGOSTO


Cuando el verano se vuelve adulto
y agosto se pone flamenco,
el sol todavía queda alto
y el calor cae con justicia sobre la villa,
y San José barrunta que le cambiarán de fecha su fiesta;
y que será el patrón de la villa por unos días,
en el calendario ya está marcada esta semana,
desde no se sabe cuándo.

Se van acercando las fiestas de mi pueblo,
Fidelísima Villa, se respira por todas sus calles,
en el corazón de las Cinco Villas
Sadaba tiene por nombre,
sus gentes ya van preparando las galas:
los “pañuelicos”, las alpargatas, sus ropas blancas.

En las previas ya se ha empleado tiempo
 en pedir la colecta para arreglos del templo;
en los preparos o en recaudar algunos fondos,
de eso ya andan ocupados desde hace tiempo,
los que levantaron el mayo, hace algunas fechas;
o el inicio de algunas competiciones deportivas,
con el objetivo de hacer coincidir los premios
durante el desarrollo de las fiestas.

Se elige la reina y las damas de honor,
entre los quintos y las quintas,
y lo mismo con las más peques,
las carrozas ya van tomando cuerpo,
se decide quien guiara a la cuadrilla,
haciendo el paseíllo. el próximo sábado,
antes de que salga la vaquilla.

Algunas peñas ya han preparado sus “pipetes”
han elegido el atuendo, han soltado las derramas,
recogidos trastos viejos, comprado algunas viandas,
y en otros casos hasta han puesto fecha a las recenas.

Y llega el día grande, al son del toque de campanas,
las familias, las peñas, la gente van llenando la plaza,
el ayuntamiento engalana su fachada
se prepara la corporación, el alcalde, el pregón,
los pregoneros y los cohetes de salva,
se lanza el chupinazo, comienza la música y el recorrido,
los pasacalles, los cabezudos y la charanga.

A partir de aquí, el tiempo pasa muy deprisa,
que, si almuerzo en esta o en otra peña,
que si migas, bocadillos o huevos fritos con chistorra,
que si el juego de la alpargata,
las vaquillas, en encierros o en la plaza,
actividades culturales y sociales,
reencuentro con amigos de la infancia,
o hacía tiempo que no sabíamos de su existencia.

Se saborean los ricos panes y las típicas tortas,
las tahonas echan humo, no dan abasto,
las familias se reúnen a comer en grandes mesas,
el casino repleto como en los viejos tiempos,
café, copa y concierto,
las calles se llenan de bullicio,
las ferias, los conciertos nocturnos,
los jóvenes y críos se abrazan por las calles,
saludando a los parientes a su encuentro.

Y así un día tras otro, hasta que llega el último,
hay gente que ya se está yendo,
se pierden la saca, la última quedada,
alguna lagrima, besos y despedidas,
queda el pobre de mí y el castillo de fuego,
concluido este último, la gente va retirándose,
recordando lo mucho que han disfrutado,
así son las fiestas de un agosto en mi pueblo,
en fin, así lo he vivido yo algún año,
y en ello baso mi relato.


***