Camino
por senderos y veredas
como
cada tarde, sin pereza pero despacio,
el
sol, con más prisa que yo, calienta mi pelo
a
puntito de perderse en el horizonte
pisando
hojas y raíces al paso,
sin
solicitar bulas ni permisos
voy invadiendo
entornos y espacios
aroma
de abedules, acacias y acantos.
Como
cada día, a la misma hora
miguitas
de pan guardo desbrozadas
dejando
rastros en bolsillos y suelos
esparzo
los restos, sacudo las manos
se
rezagan los álamos y los fresnos
los mirlos y petirrojos vigilan el sustento
voy
paso a paso, unas veces tieso
y otras,
distraído, medio encorvado.
Allá, en
el extremo opuesto,
el sol,
nervioso, juega al escondite,
pronto
el color purpura invadirá el cielo
el
paseo llama a su fin, se agota el tiempo,
empieza
a refrescar, es hora del regreso
ya no oigo
el trino del jilguero,
el
ruiseñor y el cuco, ya estarán recogidos,
los
gatos empiezan a ser pardos
los álamos
y los fresnos, que andaban lejos
los
tengo al alcance de la mano,
me
ajusto la rebeca, me abrocho el cuello,
mañana
será otro día, otra ocasión
para caminar
por senderos y veredas.
***
como cada tarde, sin pereza pero despacio,
el sol, con más prisa que yo, calienta mi pelo
a puntito de perderse en el horizonte
pisando hojas y raíces al paso,
sin solicitar bulas ni permisos
voy invadiendo entornos y espacios
aroma de abedules, acacias y acantos.
Como cada día, a la misma hora
miguitas de pan guardo desbrozadas
dejando rastros en bolsillos y suelos
esparzo los restos, sacudo las manos
se rezagan los álamos y los fresnos
los mirlos y petirrojos vigilan el sustento
voy paso a paso, unas veces tieso
y otras, distraído, medio encorvado.
Allá, en el extremo opuesto,
el sol, nervioso, juega al escondite,
pronto el color purpura invadirá el cielo
el paseo llama a su fin, se agota el tiempo,
empieza a refrescar, es hora del regreso
ya no oigo el trino del jilguero,
el ruiseñor y el cuco, ya estarán recogidos,
los gatos empiezan a ser pardos
los álamos y los fresnos, que andaban lejos
los tengo al alcance de la mano,
me ajusto la rebeca, me abrocho el cuello,
mañana será otro día, otra ocasión
para caminar por senderos y veredas.
***