Andaba ordenando unos cajones
un folleto se cayó sin poder evitarlo
se agachó y lo recogió con cuidado
lo leyó y se emocionó en el acto.
Era un programa de fiestas, pasado
de su pueblo, de hacía unos años
rápidamente hizo cuentas
tendría entonces unos veintitantos.
Recordó cómo pasó aquellas fiestas
la alegría desbordada de la gente
las charangas, los bailes, las peñas
las vaquillas, las recenas, los cohetes.
La gente, nacida por estos lares
y que vivía lejos, en otros destinos
acudían de todos los puntos del orbe
a pasar unos días con la familia y amigos.
Hacía muchos años que no había vuelto
canceló un compromiso de inmediato
regresaría a su pueblo, de nuevo
decidió tomarse un pequeño descanso.
Quizá no le reconocería nadie
le preocupaba un poco, tenía miedo
por sus venas corrían la misma sangre
y eso, eso ya era un motivo de peso.
Fue bien recibido en todo momento
participó en múltiples eventos
en el fondo, apenas notó cambios
había amigos a los que echó de menos.
Le gustaba oír los tañidos de las campanas
almorzaba temprano en alguna peña
casi gana en un torneo de cartas
y así fueron pasando los días de fiesta.
Pero todo lo bueno dura bien poco
¿Cómo pude ausentarme tanto tiempo?
se repetía al son del “pobre de mí”
admitiendo que el viaje fue un acierto.
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