EL VIEJO LAVADERO (de mi pueblo)

Madrugar para coger sitio

los barreños en la cadera,

cuando la noche se vuelve día,

con los baldes en la cabeza.

*

El rocío extiende su manto,

el tazón de leche, sin ofertas,

y el frío llevándose dentro

antes de abrir las escuelas.

*

Las mujeres, solas o en grupo,

con las manos color morado,

teniendo que hacer la colada,

ya fuera invierno o verano.

*

Dos vasos tiene el inmueble,

golpean la ropa con grasa y sosa,

en el de abajo, con mucha saña,

el otro, para aclarar la ropa.

*

Historias cantadas y contadas,

charlas y punto de encuentro,

sucesos de vida diaria,

lugar heredado en el tiempo.

***

¿DIME Y TU DE QUE PRESUMES?

De mis ratos de felicidad

de mi hastió, mi desarraigo,

de mis noches y mis días también,

de tenerte a ti, conmigo.

Mis deseos, mis besos, mis miedos,

de tus hombros para llorar,

de tu regazo cuan lo necesito,

mis pies descalzos, de mi hogar.

Mis días de vejez a tu lado,

tus manos y las mías, también,

de mi pérdida de memoria

mis bellas arrugas en la piel.

Mis desvelos, mis temores

en mis noches de invierno,

mis ratos de sol y mis lluvias,

de mis visitas al infierno.

De mi falsa libertad sin ti

animar mi rostro con muecas,

de mis pesadillas, también,

de los billetes de vuelta.

De esperar la oportunidad,

de no encontrar el  momento

de los viajes a ninguna parte,

de no coger el tren  a tiempo.

***

PIDO PERDON

A la vida le pido perdón,

por tantos ratos sin sentirla,

por desperdiciar el tiempo,

junto a ella, sin vivirla.

*

Perdón, por estar distraído

cuando debiera estar atento

no disfrutar de sus regalos

que me dio, sin venir a cuento.

*

Pido perdón a mi entorno,

por serles una pesadilla,

en lugar de tender puentes,

obsequiarles con zancadillas.

*

Pido perdón al prójimo

por volverme de espaldas,

ante él, darme la vuelta

mucho menos darle la cara.

*

Cuando debería dar gritos,

por alimentar el silencio,

pido perdón por no sentir,

lo que siento sin remedio

***