jueves, 21 de diciembre de 2023

LOS CAMELLOS REALES


 
Tres Reyes Magos en camello
los han visto cruzando el desierto
uno de los camellos cojea un poco
los otros andan cansados y viejos.
 
Cabalgan despacito, a paso lento
es por el calor, o el largo camino
Gaspar y su camello abren la comitiva
sobre la montura, va dando brincos.
 
A Baltasar le está entrando el sueño,
pero han de seguir sin descanso
las estrellas aguardan el turno
la noche extiende su oscuro manto.
 
No saben continuar, se han perdido
una estrella en lo alto les hace guiños
un niño ha nacido y han de visitarlo
Melchor insiste en seguir su brillo.
 
A Belén llegan tarde, el niño duerme
a sus pies han dejado los regalos
sin albardas descansan los camellos
uno de ellos ya no cojea tanto.
 
***

lunes, 18 de diciembre de 2023

CUENTO DE NAVIDAD (¿Dónde está el niño?)


Estiró el brazo y con la mano alcanzó el objetivo, luego cerró el puño y lo metió en el bolsillo de su vestido.

Su madre se encontraba en la cocina, entretenida y ocupada con los preparativos, hoy era Nochebuena, por cierto.

Desde hacía bastante tiempo se había decidido que, esta noche, reuniría a toda la familia en su casa para la cena.

Su papá, estaba terminando de colocar los últimos adornos, cuando acabara tenía pensado preparar los postres navideños, había mazapanes, unos cuantos polvorones, turrón de tres clases, uno tradicional, de los que nunca faltan en estas fechas, otro de yema tostada y el tercero era una sorpresa.

Sonó el timbre de la puerta, eran los abuelos, los tíos, la hermana de su mamá, con su marido y sus tres hijos y, por último, su otro tío.

Los otros abuelos, los padres de su mamá, hace unos años que murieron. Al abuelo, María no lo conoció, y la abuela se murió, cuando tenía dos añitos, así que tampoco la recuerda.

“Cada año, en todas las casas, falta gente a estas cenas”, oyó un día que la mamá de María se lo comentaba a su papá, María creía que lo decía porque se acordaba de sus padres, y en estas fechas, sobre todo, eso es lo que ocurre, que quieras que no, se echa de menos a las personas queridas y cercanas que van faltando cada año que pasa.

De repente, uno de los primos, preguntó a su tía, la mamá de María: “¿Tía, donde está el niño?”, y en ese momento todos los comensales miraron extrañados al sobrino, este continuó diciendo: “tía en el Belén falta una pieza, la figurita del niño Jesús”.

Empezaron a buscarlo, primero hurgaron en la estructura de madera que hacía las veces de establo, y movieron a San José de sitio, y a la virgen María, al buey y al mulo, y el pesebre lo levantaron, al menos unas cinco veces, para mirar debajo, a los lados y ni rastro, miraron debajo de la mesa, de las sillas, y barrieron el suelo, sin resultado alguno.

Y María, testigo de tanto movimiento, estaba en un rincón de la estancia, asustada y callada y con el puño cerrado, dentro del bolsillo del vestido.

Su madre la vio y enseguida supo que le ocultaba algo, que tenía que ver con el jaleo que se había formado en la mesa.

La cogió en brazos y la sentó en su regazo, y suavemente habló con ella y le fue preguntando cosas, y obteniendo información y motivos.

Resulta que a María le daba pena, que el niño, estuviera entre pajas y medio desnudo, y creía que estaba pasando frío, y no le gustaba que esa noche, Nochebuena, ellos que tenían tanto, y el niño Jesús, tan poco, encima estuviera tiritando de frío, por eso ella le escondió en el bolsillo de su vestido, para darle un poquito de calor, y luego durante la velada, iría cogiendo algo de comida, suya o de la que sobrará, para él, sus papás, el buey y el mulo.

La madre de María, en ese momento, abrazó a su hija como no lo habría hecho nunca y le lleno de besos, y sus mejillas se llenaron de lágrimas.

Aclarado el asunto, todos le dedicaron al menos un rato a pensar en la inocencia de María, y en el mensaje que esta acción había traído consigo.

La cena se fue desarrollando en un tono distendido, y cada uno de los comensales, pensaron en algún momento de la sobremesa, en el frío que habría pasado el niño, entre pajas, en el pesebre, en aquel establo, y cuantos niños en situaciones parecidas habría en el mundo, y más de uno seguramente daría gracias, por lo afortunados que eran y la vida que Dios les había otorgado.

Para finalizar la cena, la mamá de María, trajo el bizcocho, que estaba en el horno y los invitados, poco a poco, se fueron acercando alrededor del pastel, y el sobrino, aquel que dio la voz de alarma con la desaparición de la figurita, comenzó a leer en voz alta las letras que su tía había escrito en la cubierta del bizcocho con merengue y crema: LOS PERSONAJES DE ESTE CUENTO OS DESEAN FELIZ NAVIDAD Y FELICES FIESTAS”.

 

miércoles, 13 de diciembre de 2023

CUESTIÓN DE PRESUPUESTO (Microrrelato < 100 palabras)


 

Tan solo obtuvo silencio y malas caras como resultado, los gastos generales eran excesivos y tenían que igualarse a los ingresos, había que tomar medidas y tratar de reducirlos, eso decía la nota, pero no decía como, y se puso manos a la obra: cortes de luz a distintas horas, ventilación escasa o casi nula, para beber agua casi sucia y sobre todo comida en mal estado, en esto último, la verdad es que se pasó un poco, pero la nota no ayudaba mucho,  y ahí estaban ellos, pobres presos, pálidos y callados, ordenados en filas, esperando a ser enterrados.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

TERROR CASERO (Microrrelato)


 

Pulsar él mismo el interruptor o caminar a oscuras por el pasillo, su hija le llamaba entre sollozos, y debía acudir en su auxilio, se decidió por lo primero. 

Asomó la cabeza y la vio sentada en la cama, llorando y con brotes de hipo, cuando se hubo tranquilizado, dijo: “Papá, me está mirando el gato, no me deja dormir, dile que no me mire”. 

A su padre le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Metió a su hija en la cama de nuevo y le dio un beso. 

Al abandonar la habitación, se volvió hacia ella y le dijo: “Cielo, sabes que no tenemos gato”.


***