viernes, 24 de septiembre de 2021

DIARIO DE UN VIAJE, DIARIO DE UN REGRESO

 


Por carretera haciendo el trayecto,
en autobús desde Zaragoza
después de dos horas sentado,
a la espera del último trecho,
engullidos casi veinte mil metros
en línea recta, desde el anterior pueblo
gira la calzada hacia un lado
la vista que se abre es fascinante
desde el alto conocido por  “la Atalaya”
se divisa los Pirineos en el horizonte
con la Sierra de Santo Domingo delante.
 
En primera línea, a la derecha
el castillo, con sus siete almenas,
 sus sillares y el paso del tiempo
a la izquierda, la iglesia de Santa María,
magnífico templo, con su torre
los contrafuertes y sus campanas
y entre ambas referencias
se alza el municipio de Sadaba
con sus gentes, sus casas de piedra,
sus calles y su renuncia a las prisas.
 
A la sombra de una morera
en la Rambla, a la orilla del río,
parece manso como un perro faldero
 otrora yo lo he sentido atrevido y bravo,
la agenda y el motivo del viaje repaso
la residencia y el cementerio
visita de obligado cumplimiento
no descarto que el día de mañana
lo que hoy es una sencilla cita
será motivo de mi perenne regreso.
 
Hace unas fechas, regresé de viaje
de visitar el sitio que me vio nacer
lugar donde vine al mundo,
donde abrí los ojos por primera vez,
mientras cubría el camino de vuelta
recuerdos de otra época
 me vinieron a la memoria.
 
***

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