ABRIGUESE PADRE

 

Abríguese padre, abríguese
aguardando para pasar revista
permanece delante de la puerta
la mirada perdida, no tiene prisa.
 
Espera para dar un paseo
como cada tarde, a la misma hora
con arrugas y cada vez más viejo
y sus botas de suela de goma.
 
Sus pantalones de pana
desgastados por el tiempo
sus calcetines de lana
su bastón y sus recuerdos.
 
Ignora que tiene deterioro
abríguese bien padre
tiene la cabeza en otro sitio
ni siquiera sabe que tiempo hace.
 
No recuerda quién es Elena
le atusaba el pelo, le ajustaba el cuello
la quería más que a su vida
le pasaba revista, eran otros tiempos.
 
Abríguese padre, abríguese
solo faltaría que se pusiera malo
no sabe que no se abrirá la puerta
dará media vuelta, le llevarán del brazo.

 

***

LOS CAMINOS

 

Los caminos que andamos
los llenamos de deseos:
atrapar el universo con las manos
elegir entre la maldad o ser bueno
dejar huella a cada paso que damos
diferenciar entre útil y valioso
las monedas encontradas en el suelo.
 
Los caminos que andamos
de emociones llenamos a cada paso:
un paseo por el campo
una llamada que esperamos
el aroma del café recién tostado
la misma llamada que nunca llega
andar de puntillas de vez en cuando.
 
Los caminos que andamos
unas veces aceptamos sus retos
 y otras los dejamos de lado:
el puzle al que le faltan piezas
cogerte la mano sin venir a cuento
la moneda que lanzamos al aire
y que al bajar, de canto cae al suelo
o las que lanzamos a un estanque
y olvidamos pedir un deseo.
 
***

EL LIBRO

 

Le pregunté: ¿Por qué tu libro?
en una soleada mañana de domingo
ella no entendió la pregunta
o quizá se la hice muy bajito.
 
Tomó aire, tragó saliva,
sorprendida, no daba crédito,
volví a las andadas con mi encuesta
¿Por qué debo comprar tu libro?
 
En una caseta de una feria de libros
en una mañana de aire festivo
una escritora, se tomaba un receso
andaba ojeando otros títulos y escritos.
 
No hables de comprar mi novela,
me soltó de repente, de improviso
deberías cambiar el término
¿Por qué debería leer tu libro?
 
Hay cosas que no tienen precio
no cuesta esfuerzo cambiar de verbo
una soleada mañana de domingo
de este modo lo viví y así os lo cuento.

EL COMPROMISO

 

Era un compromiso, una promesa
a la vuelta de sus vacaciones
       en lugar de bollería, imanes de nevera
camisetas o las manos vacías
me regaló dos dibujos de la zona
¿el  propósito? Que rellenara el reverso
con unas letras de mi  puño y letra
del primero di cuenta hace unos días
y ahora Notre Dame y el Sena son el tema.
 
Por más que lo intento
no consigo retener los nombres
de las cosas que alberga este monumento
en sus tripas y en su diseño
¡tanta arquitectura!, siendo yo de letras
los pináculos y sus hermosas torres
vigiladas por gárgolas y quimeras
la bóveda de crucería
los prominentes contrafuertes
y sus coloridos rosetones,
hacen  Notre Dame un bello templo.
 
Instalada en un lugar tranquilo
divide el río en dos lados
como si fuera la quilla de un rompehielos,
sus cimientos siempre en remojo
y los costados mojados a diario
las barcazas le miran a su paso
cuando van paseando a los turistas
o andan realizando otros trabajos,
la gente apostada en los puentes
cuelgan candados en los pasamanos
y  los dibujantes callejeros sin prisa
van preparando sus utensilios
con el fin de plasmar en sus dibujos
tu silueta cuando se reflejada en el río.
 
***