A la vida cuando me sonríe,
cuando esquivo sus zancadillas,
aún estando triste, también,
cuando no tengo pesadillas.
A las heridas cicatrizadas,
al reencuentro de parejas,
apreciar belleza en las cosas,
la distancia cuando esta cerca.
A los ojos cuando no lloran,
o lo hacen al partirse de risa,
a las cosas bien hechas o casi,
a enjuiciar con perspectiva.
Gritar secretos a los vientos,
hacer cuentas con los dedos,
cuando te sacan la lengua,
llenar de aire puro mi pecho.
A la muerte que me esquiva
a la grandeza del ser humano;
cuando no sea mi escenario,
a quedarme en segundo plano.
A decir siempre la verdad
comportarme como es debido,
salir por la puerta de atrás
a tiempo y sin hacer ruido.
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