viernes, 18 de febrero de 2022

LA TARDE

 


 Le gustaba pelar las naranjas

con parsimonia y mucho cuidado
acumulaba los hilos y las mondas
dejando al descubierto los gajos.
 
En un principio iba para zumo,
pero según desnudaba el cítrico
mientras pensaba en otras vainas
cambió lentamente de motivo.
 
Así es la vida, reflexionaba
el sol de la tarde reflejado en su cara
en el porche, aguardaba su perro
sus recuerdos y su gorro de paja.
 
Con la mirada pérdida, a lo suyo
se llenó de sabor y de grumos
las manos impregnadas de aroma
y se los iba comiendo uno a uno.
 
***


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