viernes, 17 de junio de 2022

¡¡¡QUE CALOR!!!


Buscaba una sombra, un árbol
donde apoyar cuerpo y talento,
quería escribir un cuento
mitad queja, mitad relato
empezó primero por mirar al cielo
buscando ayuda con el argumento
luego a su pupitre improvisado
y comenzó recordando el principio:
 
Era un hombre que iba de duro
encendía mistos en el carrillo
y se afeitaba con un cuchillo
la barba, las cejas y la cabeza
sin espuma ni otros aditivos;
cazaba pájaros desde pequeño
con trampas, que hacía el mismo,
y luego se los comía fritos.
 
Las calles las cruzaba sin mirar
no respetaba los pasos de cebra
los semáforos, ni las fiestas de guardar
las escaleras las subía a la carrera
y los peldaños de tres en tres
miraba al sol de frente, valiente
retándole, buscándole las vueltas
sin gafas y sin gorro con visera.
 
Removía Roma con Santiago
por cualquier causa o motivo
aun cuando estuvieran perdidos:
cruzaba los charcos a brincos
 hacía aguadillas al prójimo
y gárgaras con el agua del baño
desayunaba huevos crudos
y bebía agua salada y con gas.
 
Hablaba un lenguaje pandillero
hacía de todo, menos asaltar bancos,
por los siete mares había navegado
aunque él había contado nueve
y tenía más vidas que los gatos,
de joven había rescatado princesas,
apagado el fuego a un par de dragones
y visitado mazmorras un tiempo,
tenía unos cuantos dientes rotos
marcas por todo el cuerpo
cicatrices y hasta un ojo tapado.
 
Pues con todo ese historial
llegaba esta época del año
se sabía derrotado, alicaído
se derretía poco a poco
se acobardaba, se hundía, 
con tanto calor se hacía un lío
con las ventanas y las cortinas
los estores y las persianas
que si abiertas o estar a oscuras,
él, que encendía mistos en el carrillo
y se afeitaba con un cuchillo.
 
*** 

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