(Relatos en cadena. Microrrelato <100
palabras)
Las obras del convento finalizaron justo a tiempo, ajustándose a lo presupuestado.
Entre los actos de inauguración, se decidió agradecer a los benefactores sus generosos actos y donativos, para ello a la señora marquesa, la embalsamaron y la dispusieron de cuerpo presente en el refectorio, dando su nombre a tan apreciada estancia.
Al señor conde, por el contrario, le colocaron, disecado, en la entrada, fuera de la clausura, por su condición de hombre.
El prior, siempre cerca del Señor, en el confesionario. Costó más esfuerzo de lo esperado, quedando embalsamado y disecado en contra de su voluntad, estando todavía vivo.
👋
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme y comentar, amiga
ResponderEliminarMuy buenoAlfredo
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme y comentar, amigo
EliminarQue Grande, Alfredo👍👍
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