El triunfo de la Revolución Cuántica lo llamaban. Como consecuencia de esa frivolidad, ahora solo disponen de dispensadores automáticos, sofisticados chips, mensajes metálicos o instrucciones enlatadas.
Menos mal que un señor con la piel color zanahoria, un ruso y un tercero con los ojos rasgados se están empeñando en enviar turistas al espacio, de vacaciones, para fotografiarnos o eso es lo que creen ellos.