CONCURSO RELATOS EN CADENA
Manuel
decidió saltarse la merienda. Hace unos días tuvieron que llamar al veterinario. Algo le
pasaba al semental que no cumplía. Nada que no tuviera remedio, dijeron. Que le
diéramos unas gotas de un extraño potingue disueltas en el forraje, a la hora
de la merienda. En unos días estaría como nuevo, le aseguraron.
El bicho
le había costado mucho dinero y Manuel no se fiaba de su eficacia.
Había
trascurrido una semana y empezaba a estar cansado del sabor amargo del brebaje,
su mujer, en cambio, canturreaba a todas horas, con la blusa desabrochada y el
pelo suelto.
Muy bueno Alfredo,además se lo tomó el que debía,el animal,
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Enrique, veo que lo has entendido.
EliminarYa me traerás brevaje de ese aunque sea amargo
ResponderEliminarSi lo encuentro compraré dos frascos, jajaja. Graciassss
ResponderEliminarMuy bueno amigo maño
ResponderEliminarGracias amigo
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