viernes, 23 de septiembre de 2022

ABUELOS


 
La cafetera silbaba hacía rato
el olor a café invadía el cuarto
sorbiendo a poquitos apuró la taza
le gustaba madrugar, salir temprano.
 
Pasó recuento a sus cosas
la boina de medio lado, calada
la garrota, en la muñeca sujeta
la pava, en la boca, apagada.
 
María, su mujer, aún dormía
no sabe que está enferma,
y si lo sabe, tiene la boca cerrada
su desayuno listo en la mesa.
 
José es ordenado, de rutinas
paseo diario al campo, a sus prados
cuenta y recuenta el ganado
tres vacas, unas gallinas y un gallo.
 
Y así pasan los días en la aldea
largos, muy largos en el verano,
húmedos y fríos en el invierno
y uno pendiente del otro todo el año.
 
***

 


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