jueves, 31 de agosto de 2023

EL ATRIL


 
Una vez, no ha mucho de esto
ocurrió una bonita historia
quizá fuera verdad, o quizás no tanto
una hermosa niña cumplía años
en el jardín de la casa, en su fiesta
llegó la hora de pedir los deseos
la hora de soplar las velas.
 
La niña recordó en ese momento
el cuento de aquel flautista
que haciendo honor a su destreza
con una melodía sencilla y bella
consiguió que le siguieran las ratas
hasta las frías aguas de una charca
acabando de una vez por todas con ellas
y con la plaga que asolaba la comarca.
 
Pidió el deseo, el que tenía pensado
aprendería a tocar instrumentos
leería las partituras y sus signos
rellenaría los pentagramas de notas
bemoles, corcheas y sostenidos
y cuando estuviera preparada
iría por las ciudades y los pueblos
y haría como el flautista del cuento
acabaría con las plagas del momento:
la desigualdad y la falta de respeto
la violencia, el dolor y la avaricia
las guerras, los límites y el odio
con las banderas y los himnos,
todos seriamos iguales y todos distintos
y otras muchas, que no menciono
porque no acabaría este cuento.
 
Las seguirían al oír sus melodías
y para entonces la tierra sería plana
y arrojaría el mal por los extremos,
el deseo por fin quedaría cumplido,
entretanto le entregaron un regalo
sorprendida, lo abrió muy despacio
era un hermoso atril plateado
enseguida la niña pensó en su deseo
este regalo sería solo el primer paso.

***

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