CONCURSO RELATOS EN CADENA
Sabía a
soledad, pero también a paz. Había pasado tanto tiempo desde la última orgía
que casi lo había olvidado
Apenas
recibía visitas. Durante el día, permanecía oculto en los bajos de su castillo,
pero la noche le daba nuevos bríos. Paseaba sin miedo por las estancias, a la tenue
luz, casi apagada, de unas derretidas velas.
Esa noche
unas turistas francesas, tan osadas como perdidas, llamaron a su puerta.
“Por fin volveré
a sentir paz”, pensó.
Se dirigió
hacia la puerta ciñéndose una enorme capa de terciopelo negro y cuello vuelto,
de color rojo.
Una leve
sonrisa dejó al descubierto el brillo de dos afilados colmillos.
Quiero saber más...🧛🏻
ResponderEliminarJajaja tendré que desarrollar una segunda parte gracias
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