Tú, que vives a tus anchas,
observando el mundo desde las
ramas,
con tu trino y tu aleteo, con
tus colores vivos,
vas de aquí para allá, sin
ataduras ni cadenas,
con tu pico, señalando el
cielo,
anunciando sin rubor la
primavera.
Que felicidad la tuya, que
desconoces las penas,
vuelas como si el espacio fuera
solo tuyo,
quieto en el aire o cuando
tomas tierra,
sin ver el peligro que te
acecha,
algo de esto, ya te mencionaron
de pequeño,
pero tú, tú no quieres saber
nada de eso.
Tú, que por los cielos, cruzas
ríos y lagos,
atravesando veredas y cerros,
ahora, estas aquí, mañana quien
sabe dónde,
pero siempre queriendo volver
al nido.
Ruiseñor, algún día te harás
mayor,
aprovecha ahora que tienes
alas,
que algún día tu delicioso
canto,
se volverá ronco y tu pico
romo,
y tus ansias de libertad, que
se yo,
en lugar de volar, tendrás que
soñar.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario