La distancia que recorre un grito,
la desilusión de un rechazo,
el tiempo que dura
un suspiro,
presentarte sin previo aviso,
y preguntarme después ¿a qué has venido?
Volverme humo al terminar según que veladas,
sentirnos lejos estando tan cerca,
no sabiendo idiomas, despedirme a la francesa,
parecer autista, estando tan cerca.
A punto de conseguir el éxito,
no haber previsto una colchoneta,
pensando quizá, que la caída podría ser corta.
De tener mala suerte, pudiendo elegir otras metas.
De quererte, tanto, tanto, tanto, en otro tiempo,
de tener éxito, estando a las puertas del fracaso,
de dar por finalizada la carrera,
sin haber dado siquiera un paso.
De tener todo al alcance de la mano,
y dar por perdidas las cosas,
de que prenda la llama en situaciones extremas,
ser devoto de algunas creencias,
y sin pensarlo dos veces, dar la vuelta a la chaqueta,
sabiendo, cómo sé,
que lo he intentado todo.
De quererte como sabes que te quiero,
de intentar encontrar fuera lo que llevo aquí dentro,
de que quieras que olvide tu nombre,
de que amainen tus
tormentas conmigo,
y yo siga penando mis penas y mi tormento.
***
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