Cuando el día se vuelve romo,
después de tanto devaneo
y va recogiendo las velas y sus
alas,
cuando el cansancio va haciendo
mella,
y los aposentos nos abren sus
puertas,
la noche oscura, va pidiendo
paso.
Quedándonos solos como nos
quedamos,
frente al espejo de nuestros silenciosos
momentos,
cuando las excusas y sus
porqués se separan,
siguiendo caminos opuestos,
cuando repasamos los argumentos
expuestos,
los que han sido y lo que se han
perdido por no ser.
Cuando la noche te concede la
bula
de estar rodeado de miedos y de
sombras
y los obstáculos ya no pueden
con nosotros
y los pensamientos dejan de
costarnos dinero,
mientras se van quedando en
blanco.
Cuando las mentiras abandonan
el primer grado
y se vuelven más piadosas
y las tensiones se van rebajando,
hasta tenerlas por los suelos.
Cuando las normas dejan de ser de
obligado cumplimiento
y ya nadie pueda quitarnos la
razón ni lo contrario,
cuando miras al cielo y no ves
más que estrellas,
y empiezas a contarlas quedando
plácidamente dormido,
es ahí cuando debemos liberar
nuestras conciencias
y soñar sueños de libertad.
***
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