Hacía días que se venía avisando,
en la prensa, en el telediario, en los noticieros
que si una borrasca, que si mucho frío
una cosa era segura, cambiaria el tiempo,
la nombraron Filomena y trajo nieve y lio.
Vaya si cambió la climatología
vieron alces y renos en el Museo del Prado,
la nieve primero y después el hielo
cubrieron caminos, veredas y asfaltos
y los más osados practicaron deportes de invierno.
Varios días, se disfruto lo que no está escrito
otros no tanto, caídas y resbalones, por cierto,
los niños disfrutaron de lo lindo
algunos mayores juraban en hebreo,
la mayoría dando el callo, despejando caminos.
Y así iban pasando los días y más días
y la normalidad le costaba aparecer en público,
y los peques seguían en casa sin colegio
los papas y los nervios se hicieron íntimos amigos
los alces y los renos se fueron cruzando las autovías.
Como me gusta el polvo blanco
entiéndaseme bien, sin conjeturas
pequeños cristales de hielo en forma de copos
precipitaciones sólidas formadas por gotas
gotas de lluvia a baja temperatura.
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