viernes, 16 de junio de 2023

VOLVIENDO LA ESQUINA


 

Odiaba el despertador,
aun estando apagado,
también andar descalzo,
tocar con los pies el suelo
le parecía ordinario, plebeyo
a su pesar, no podía con ello.
 
Odiaba mancharse los dedos
con cualquier sustancia
lo mismo daba, tinta que grasa
si cogía la comida con las manos,
el embutido o los langostinos,
era cautivo de localizar un lavabo.
 
Mancharse la ropa, ni te cuento,
que le golpearan en el brazo
desplazarle con un empujón
o por ser un descuidado
derramarse la bebida encima
a consecuencia de ello,
en ceremonias, eventos y fastos
la sangre le hervía
odiaba esos momentos, esos actos.
 
¿Y la tarde de los domingos?
Se ponía enfermo, solo de pensarlo
si el día siguiente no era fiesta,
trataba de cubrir el expediente
disimulando, cambiando los temas
y si encima perdía su equipo,
pues a acostarse temprano
adiós a dormir a pierna suelta.
 
Un día, alguien le preguntó
que es lo que más odiaba
a que le tenía más miedo
demoró la respuesta,
se tomó su tiempo,
a lo desconocido, a lo incierto
dicen que dijo a destiempo.
 
Y ahora, pasado el tiempo
sus temores están presentes
ni la tarde del domingo
ni las manchas de la ropa
ni la alarma del despertador
ni las parrilladas de marisco,
su nueva etapa es su pesadilla
la que está volviendo la esquina.
 
***


3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Javier Balaguer Alonso16 de junio de 2023, 22:52

      Amigo Alfredo la mejor que he leído y la que mejor describe la rutina

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    2. Muchas gracias por leerme y comentar, amigo

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