viernes, 29 de noviembre de 2024

EL QUEMADO BIZCOCHO DE MANZANA


 (A los que padecen deterioro cognitivo)

Mientras pensaba en su mamá,
de la alacena fue sacando las cosas
siguiendo el orden de la receta:
unos piñones y unas peladillas
unas nueces y unas ciruelas secas
unos huevos y el paquete de harina,
una cuchara de azúcar colmada
y a mano unas manzanas reinetas.
 
“Ayúdame a hacer el bizcocho”
su voz se oyó suave y cálida
apareció su nieta al llamar a su hija,
encendió el horno a ciento ochenta
como había hecho toda la vida
ahora se le iba un poco la cabeza
en realidad, no se daba cuenta.
 
La tarde les hacía compañía
a través del visillo de la cocina,
la cáscara de limón ralló primero,
separó la yema de la clara enseguida,
añadió unas cucharadas de harina
echó la ralladura y las ciruelas,
el azúcar, las nueces y las peladillas
y mientras removía con la varilla
confundió a su nieta llamándola hija
cuando en realidad era ella misma.
 
Le untó papilla en las dos mejillas
como le hacían a ella de niña
con amor, de broma y por curiosa
y el resto se lo llevó a la boca
chupándose el dedo con las sobras
“No hagas eso que está muy feo”
Dijo la abuela a mamá cuando era hija.
 
Casi se le olvida la levadura,
removió la clara a punto de nieve
con la varilla y con mucha energía,
cortó las manzanas en rodajas
y las recubrió con la mezcla preparada,
colocó el molde en el horno.
Mamá tómate las pastillas
Dijo la hija a su madre cuando era abuela.
 
El bizcocho de manzana salió quemado,
con todo el lío en su cabeza
se olvidó de medir el tiempo
¿Abuela te tomaste las pastillas?

***


2 comentarios:

  1. Alfredo, has puesto mucha ternura y sensibilidad en este texto. Refleja muy bien situaciones vividas en muchas familias. Un abrazo.

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