sábado, 23 de agosto de 2025

LOS MOCASINES DE CUERO

 



El Marqués de Casa Grande
aceptó la apuesta sin miedo
creía que se trataba de un charco,
calculó mal la distancia y el perímetro.
 
Podía haber utilizado una barca
o haber lanzado una cuerda
desde una orilla hasta el otro lado,
pero no hubiera ganado la apuesta.
 
Vestido como si viniera de fiesta,
con calzas de seda, jubón de terciopelo
la casaca con grandes solapas
y calzado con mocasines de cuero.
 
No obstante, el Marqués insistía:
“Esto lo hago yo de un salto”.
Dijo entre exultante y borracho,
y de impulso tomó solo tres pasos.
 
Según se acercaba la hora del salto
el Marqués empezó a caer en la cuenta
que saltaría seco y saldría mojado
yéndose al traste tanto el reto como la apuesta.
 
Las carpas y los barbos dejaban espacio
decían: “No irá a saltar ese insensato”.
La casaca salió a flote sin solapas
y solo un mocasín apareció flotando.
 
***

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