viernes, 28 de febrero de 2020

PERCEPCIONES



El ruido ensordecedor y molesto de una aspiradora,
rastreando los suelos, buscando desesperadamente,
husmeando como un sabueso, nutrientes que llevarse a la panza,
gritando a grito pelado por cualquier ventana abierta
y yo pasando por debajo a esas horas tan tempranas,
en las que daría lo mismo desear un café que pedir una copa.

El olor a fritanga barata, que alguna buena persona
anda ya de madrugada, cocinando la comida diaria,
pensando en sus cosas, con el sueño pegado como una sombra,
sin apenas apetito, pero sabiendo que al acabar la mañana,
defenderá como un perro en celo su preciado trofeo,
oliendo el aceite quemado,
 al pasar por debajo de cualquier ventana abierta.

Mis zapatos, buscan las huellas dejadas por las pisadas de otros días,
calle arriba, calle abajo, cruzando calles, doblando esquinas,
luces de ciudad, únicos testigos de mi solitario camino,
escaparates de tiendas que estando cerradas, parecen abiertas,
iluminados como si estuvieran celebrando algún silencioso evento,
maniquíes, como únicos invitados, quietos, sin alma, tiesos.

En ese andar sin rumbo pero con definido destino,
siempre hay una cara bonita en tu camino,
o cualquiera otra gente, que van cruzándose contigo,
sin importar el género, por descontado,
con mochilas a la espalda o con bolsas y bolsos asidos,
miradas perdidas o con cara de niño con sueño,
y yo haciendo un recuento con cuantas me cruzo,
sobrándome dedos de una de las manos.

***

No hay comentarios:

Publicar un comentario