LA SONRISA

 Siempre la lleva puesta

en cualquier época del año
en casa o cuando va de paseo,
eso dicen quienes la han tratado.
 
Llueva, granice o caiga nieve
da lo mismo el tiempo que haga
embellecida con hoyuelos y muecas
allá va ella con la sonrisa tatuada.
 
Nunca nadie la vio apagada
abatida, triste o enfadada
con ella, iluminaba las mejillas
cubriéndole el alma y la cara.
 
Comentan que algunas noches
mientras ella se abraza a Morfeo
ácaros, luciérnagas y polillas,
la ven como sonríe en sueños.
 
Una vez, la luna, la muy cotilla
en su cuarto, entró con sigilo
vio las comisuras de sus labios
abrirse y estirarse hasta el infinito.
  
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