martes, 7 de noviembre de 2023

EL CAJETÍN DE LA CORRESPONDENCIA


 
Le agradaba su silueta, su aspecto
oxidado, por el paso del tiempo
en la entrada del jardín, le situaron
observando, de guardia, quieto.
 
Siempre hacía la misma rutina
como una bala salía corriendo
antes del desayuno y del cole
abría la puerta y miraba dentro.
 
Recogía las cartas y la prensa
le aseaba y le quitaba las ramas
en la mesa, daba a su mamá las cartas
y a su papá, el periódico y las gafas.
 
Ella, apenas recibía correo o notas
decían que todavía era pequeña,
pero ella insistía todos los días
todos, menos los que eran fiesta.
 
Un día, creyó que le hacía un guiño
el sol, pensó, que le daba de cara
no le dio demasiada importancia,
pero ese día recibió una carta.
 
Desde ese día, al ir por el correo
buscaba algún signo, alguna huella
antes de abrir la tapa y meter la mano
ese día habría una carta, si así fuera.
 
***

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