Por más que te huyo,
siempre me miro,
siempre te busco
nunca te pido
que muestres mis secretos,
¿Cuáles son estos?.
Porque no haces tu trabajo,
por que no te limitas,
a reflejar lo que ves,
porque te empeñas,
en mostrar lo que no quiero,
contigo no hay secretos.
Si me miro a los ojos,
veo lo que oculto,
a ti no te engaño,
veo el paso del tiempo.
Del niño aquel,
que gruñía por estar quieto,
cuando le pasaban el cepillo,
de los dientes y del pelo.
Del joven aquel,
que solo pensaba en salir,
atusarse el pelo delante de ti,
cuando repetía una y otra vez,
que guapo estoy,
cuando te confesaba
lo que sería el día de mañana,
y lo que hizo el día de ayer.
Del hombre que gruñía,
cuando fue papa,
dejando de ser pareja,
cuando empezaba
a despoblar la cabeza,
de pelo e ilusiones.
Haces balance de su vida,
ahora que blanquea su pelo,
y sus ideas,
antes de que huya su memoria,
pensaba: "la vida es así”,
ahora repite,
que le voy a hacer si así es la vida.
Que ha sido de su cosecha,
de amistades, de ilusiones rotas,
de objetivos abandonados,
de proyectos parados
de amores primeros,
del primer beso,
de la primera cita.
Yo solo quiero ver,
cada mañana,
mi cara en el cristal,
con mis arrugas y mis ojeras
sin tener que pensar,
sin tener que mirar,
lo que no quiero ver,
sin tener que recordar,
que quizá un día,
el éxito estuvo a mi lado.
Cuantas veces te hubiera roto,
te hubiera hecho pedazos,
si no fuera porque eso mismo,
traería mal fario.
***
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